Mi sobrina Larissa tenía menos de 4 años cuando su bisabuela murió. Hace dos días, le pregunta a su mamá:
- Mamá, ¿es verdad que mi abuelita Rosita, allá donde está, puede hablar con Dios?
Mi hermana, emocionadísima de la sensibilidad espiritual de la chiquilla le dijo: -Sí, mi vida. ¡Claro que puede!
Larissa reflexionó un ratito, finalmente dijo:
-Pero si no se llevó sus dientes, ¿cómo va a hablar?
(Lógica Infantil 101)
2 comentarios:
A veces (y subrayo 'a veces') es una bendición tener a mano un niño... pero me pregunto si serán tan ingeniosos cuando propios.
Jajajaja si mis hijos llegaran a ser tan ingeniosos como mis sobrinas, creo que realmente no estaría pensando en tener alguno.
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