Me ofrezco
Lo único que me queda es el poco ingenio que me dejaron. Manos redondas que combinan con mis caderas y unos ojos que intentan conocerlo todo.
Lo único que me dejaron es un corazón expectante. Sueños profundos y realidades contradictorias. Se llevaron parte del alma falsa que me habían dotado y me dejaron la mínima parte de una verdadera que muere por crecer.
No ofrezco más que un controlado desenfreno.
Carezco de las prácticas superficiales que me harían divertida pero me matarían la conciencia. No pretendo morir por diversión.
Encontré a mis inseguridades escondidas en un ropero detrás de la mente y ahora no las dejo ir por temor a que se lleven todo. Las aprisioné y ellas se apoderaron de mí. Somos enemigas compañeras de celda obligadas a convivir en hacinamiento emocional. Como quien reconoce a un amor pasado pero todavía doloroso y voltea la cara para evitar el contacto a metros de distancia.
No prometo un estuche de monerías, antes un carrusel de contradicciones.
No prometo quedarme para siempre pero insistiré en hacerlo si me lo pides.
Prometo que te dejaré libre con recelo disfrazado de buenos deseos. Allá irás y me quedaré secretamente esperando tu regreso. No te pediré que vuelvas, sin embargo. Harías bien en reconocer esta flaqueza. Es la más grande que tengo entre todas las que ostento.
Te amaré, eso sí, como dicta la buena norma: buscaré tu felicidad aunque se encuentre fuera de la mía. Aunque no cantaré canciones ni te recitaré poemas. Que baste que te haré inmortal en mi memoria.
3 comentarios:
Arrrozzzz!!! besos con arroz!!
mi "yo" introspectivo me espanta, moin!
Aijolas!!!
"Que baste que te haré inmortal en mi memoria."
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